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Abandonar la culpa

20 sept 2022, 12:55

Querido lector. La última vez que escribí para ti fue el 9 de Agosto del año en curso. No voy a justificar mi ausencia por dos razones. La primera es que ambos somos adultos y sabemos que la vida a veces es lo que queremos y otras nada mas es perra.

La segunda razón por la que no me voy a justificar contigo. Es porque mi error –Sí, es un error por haber dejado pasar tanto tiempo–, está en el pasado. Lo que sí voy a hacer sin embargo es pedirte una disculpa.

Quiero que sepas que eres importante para mí, y que de ninguna manera me gustaría hacerte sentir que no importas, o que te he abandonado. O cualquier otra cosa negativa que hayas sentido por mi ausencia. No es mi intención hacerte sentir un malestar. Al contrario.

Mis intenciones con estás palabras que escribo para vos son las siguientes:

  1. Contribuir con información de valor a tu vida
  2. Terminar de descubrir la voz con la que escribo
  3. Conservar mi integridad. Escribo para ti de acuerdo a cómo veo la vida. Después salgo al mundo y trato de vivir mi vida de acuerdo a estás palabras. Pensar, decir, hacer.

Una vez más, te ofrezco una disculpa sincera por mi falta de consistencia en escribir estás notas. También es una disculpa que me extiendo a mí mismo, debido a los puntos que antes te presente. Si bien esto lo hago para generate valor a ti. No puedo pretender que yo no gano nada al hacerlo.

Quiero que notes como en ningún momento dije que me sentía “culpable” por no estar aquí para ti cuando no estuve. Por no tener la disciplina que quiero tener, ni por ninguna otra cosa. Descubrí en terapia que –al menos para mí–la culpa es un sentimiento pendejo.

Hace algunos años, en uno de mis últimos empleos formales, estaba en una empresa donde a la mayoría de los empleados promedio les gusta estar. Ya sabes una de esas empresas que compra premios de “Best Places To Work”. Su doctrina es fuerte y la gente sin pensamiento crítico empieza a alinearse muy rápido, casi puedo decir que la gente se enamora de la empresa –se enamora de su captor–.

Pero yo en el amor soy un idiota, como la canción de Adrian Vidal. Y nuestra relación no fue un felices para siempre –afortunadamente para mí–.

Y no voy a tirarle a la empresa por la experiencia que yo tuve en un departamento donde mi capacidad de afectar cambio aunque fue notable, también estaba limitada.

Lo que voy a hacer querido lector, es ejemplificar un comportamiento que seguramente alguna vez haz notado en algún lugar. Recuerdo que tenía yo quizá unos 10 días en la organización. Y que había mucha presión en nosotros para sacar cambios sobre temas comerciales.

1. Perdida de Tiempo

Una de las primeras cosas que noté en la organización es que “todo es muy político”. Es verdad que la mayoría de las empresas que llegan a ser grandes empiezan a adoptar procesos para garantizar calidad. Pero el área en la que yo estaba era el mercado digital.

Me di cuenta de que la organización tenía procesos similares a los de una imprenta para publicar cambios en Internet.

En corto, lo que debería de tomar 5 minutos, tomaba 5 días porque 15 personas diferentes tenían que aprobar cosas. Se invertía más tiempo autorizando proyectos de lo que algunos de estos duraban en campaña.

No importa cuándo leas esto, perder el tiempo es un comportamiento estúpido. Sobre todo en una organización porque cada hora que se desperdicia es una hora que aun así se tiene que pagar.

2. Chivos expiatorios

La segunda cosa de la que me di cuenta fue que el departamento en la organización en la que estaba amaba el drama innecesario. Después de pasar por N cantidad de personas. Liberamos mi primer proyecto. Había algo mal en el sitio web. Una coma, un color o un error ortográfico.

Un error que se podía arreglar en minutos no se arreglo, porque primero hubo de haber una telenovela en la que había que encontrar un culpable de lo que estaba sucediendo. Este error no era realmente mio, pero yo era responsable del equipo, así que en lugar de hacer lo que la organización hacia que era exponer a los demás, tome una decisión adulta y asumí las consecuencias.

No solo defendí a alguien más en mi equipo como era mi responsabilidad. También me comí un plato de mierda gigantesco en una junta de 2 horas donde se hablo de la responsabilidad de la imagen de la empresa, y porque los briefs son la única fuente de verdad. Mientras tanto el puto error siguió ahí 2 horas más de lo que se necesitaba que estuviese ahí.

Culpa, culpa, culpa. Alguien tiene que ser culpable para que otras personas puedan defender su estabilidad laboral.

Todo el tiempo que se se perdió nunca será recuperado. Y lo peor es que nadie recuerda ese sitio web, o ese error que se cometió alguna vez.

Este momento fue en el que me di cuenta de que tenía que cambiar la forma en la que funcionaba la organización y garantizar más eficiencia. Pero también me di cuenta de que no estaba completamente comprometido con hacer un papel mucho más político de lo que estaba acostumbrado.

Recordé entonces las palabras de Douglas Bowman, cuando decidió renunciar y escribió la carta Goodbye, Google.

En cierto momento termine de convencer a quien tenía que convencer para que sacaran mis campañas usando un CMS, lo que acelero el proceso de lanzamiento de campañas. Lo seguían haciendo mal, pero no tan mal como cuando llegue.

3. Recuperando lo perdido

Cuando yo llegue a esta organización me contrataron para ser llegar a un presupuesto de ventas anuales. No recuerdo del número ahora mismo. Quizá 3 o 5 MDP en ventas en 1 año a través del canal online.

Llegue a finales de Marzo, ya llevaban 3 meses sin lograr sus objetivos de ventas. Para Diciembre de ese año, Baile Gangnam Style sabiendo que llegamos al 95% de la meta anual en ventas, después de que me entregaran 3 meses de perdidas yo entregue resultados

¿Cómo hice esto?

Abandonando la culpa. Y concentrándome en la solución a los problemas. Es mi modo de ver la vida querido lector.

Yo no soy el tipo de persona que pregunta ¿Quién fuiste ayer?, me vale madre porque quien me interesa es la persona que eres hoy. A esa es a la persona que quiero conocer.

Algo que también me emociona es ver cambiar a la gente que está a mi alrededor. Sé que cada decisión que toman hoy contribuye a construir la persona que van a ser mañana.

Estas son parte de las razones por las cuales te invito querido lector a abandonar la culpa. Si eres el líder de una organización castigar a alguien por cometer un error simplemente va a hacer que la gente oculte sus errores.

La mejor ruta de acción es la siguiente:

  1. Concentrarse en solucionar el error
  2. Después encontrar formas para garantizar que ese error no vuelva a suceder
  3. Cuando cometas otro error, repite desde el paso 1

Ahora, hay que saber que si bien la culpa es estúpida e inútil, el remordimiento es un buen indicador de cuándo estás haciendo algo con lo que no estás cómodo.

Si algo te recuerde la conciencia es instantáneo. Lo sabes mientras lo estás haciendo. Si no lo sabias y alguien te lo explica después, también es instantáneo porque en el momento en el que lo comprendes lo sientes. Sentir remordimiento te da la oportunidad de tomar responsabilidad por tus acciones.

Así como lo he hecho yo al principio de este escrito.

Otro día te voy a hablar de porque odio la culpa a título personal debido a que esta me genero un ligero Síndrome de Estrés Postraumático después de la muerte de mi madre. Y como esa condición me arrebato la capacidad de ser feliz.

Mientras tanto quiero agradecerte por tu paciencia, y por tu tiempo. Espero que tengas un gran día y que el poder divino en el que crees –e incluso si no crees– te llene de bendiciones a ti y a tu familia.

Mientras podemos decidir, podemos cambiar

– Iaax Page.

Gracias por acompañarme una vez más querido lector; como siempre te deseo que lo divino te llene de bendiciones a ti y a quienes amas, nos vemos la próxima.