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Autoconciencia

1 jul 2022, 12:45

La autoconciencia es la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, pensamientos y comportamientos, así como comprender cómo están relacionados. Asimismo, esta capacidad implica reflexionar sobre uno mismo, conociendo las fortalezas, las debilidades y los límites que tenemos en ciertas situaciones. – Autoconciencia: en qué consiste y cómo trabajarla

Querido lector, hasta hace poco más de un año. Yo era una persona que solía hacer planes y ejecutarlos. Sin embargo después de Mayo del 2021, ya habiendo pasado un año desde la primera vez que nos fuimos al confinamiento debido a la pandemia, fue cuando empecé a dejar mis planes de lado.

Aparentemente nada había cambiado en mi. Sigo teniendo las mismas capacidades y problemas. Pero, perdí el interés en hacer cosas. Me sentía estancado en una rutina repetitiva y aburrida. Y use eso como justificación para trabajar a medio gas. Para medio mostrar interés en cosas importantes. Y para dejar de lado mis planes.

Tuve un serio retroceso en mi vida, y podía verlo mientras estaba sucediendo. Y algo dentro de mí simplemente se negaba a hacer nada al respecto.

Estoy exponiendo ante ti uno de mis momentos de debilidad más significativos de los últimos 5 años. Eso no se debe a que me sienta cómodo contándole a otras personas mis problemas. Tampoco se debe a que mi tema de conversación favorito –como el de la mayoría de las personas– sea hablar de mi. La razón para desnudar mi corazón –en forma figurada– enfrente de vos, es exponer con sinceridad mi proceso, sin reservas. Toma lo que te sea útil y déjalo ir.

¿Por qué dejé de hacer –y ejecutar– planes?

Estás líneas que escribo por encargo. No son, como las anteriores, fruto-causal de este compromiso de escritura. Son fruto de compartir el resultado del proceso y de pedir ayuda a otros para saber qué es importante en la mente de las personas que me importan. Cuando inicié en este compromiso de escribir diariamente después de despertar, no tenía un plan. Pero tenía un propósito. Ese propósito, era el de desarrollar mis capacidades de escritura. Dejar fluir las palabras que tengo atoradas en la mente a través de las teclas de esta computadora.

No sabía que este propósito me iba a llevar a este viaje de autodescubrimiento. No puedo aún mientras escribo las presentes palabras dimensionar el alcance que este viaje pueda tener.

Lo que puedo decirte querido lector, es que ahora entiendo que era diferente en mí cuando dejé de hacer planes y de ejecutarlos. La falta de propósito. Después de todo, ¿Qué es una brújula sin un norte magnético?, ¿Qué es un partido de fútbol sin goles?, ¿Qué es un vestido corto sin un verano?. Desde mi punto de vista la respuesta a todas las preguntas es una perdida de tiempo, de esfuerzo, de recursos. Es un desperdicio.

Y eso es lo que hice durante el último año. Desperdiciar mucho de mi tiempo en cosas sin importancia. Pero lo que no hice fue dejar de prepararme. Las oportunidades se le presentan a todo el mundo de mayor o menor manera –si claro depende de tu privilegio y otros factores externos–, pero solo pueden ser materializadas por aquellos que están preparados para tomarlas.

El año pasado cometí errores, y ya te hablé antes sobre el peligro de vivir en el pasado. No voy a dejar que mis errores de antes me definan. Así como tampoco voy a dejar que nadie más defina quién puedo ser. Ese no soy yo.

Conociéndose a uno mismo

Mucho pinche gusto que me da conocerme a mi mismo. Yo soy sin lugar a dudas mi persona favorita. Esto no siempre fue así, y entiendo que para muchos el proceso de ver detrás del telón de la personalidad es una tarea que da miedo. Lo sé porque yo mismo tenía miedo de los rincones oscuros de mi mente. Pero decidí abandonar ese miedo en búsqueda de metas altas.

Importante: Querido lector, si crees que hacer frente a las cosas que tienes escondidas en tu mente debido a las experiencias que has vivido en el pasado. Te invito a que consideres hablar con un profesional al respecto. Tenemos que empezar a ver la psicología por lo que es, una forma de entrenar nuestra mente para entender y asimilar nuestras emociones. La psicología es el Crossfit/BodyBuilding de tu mente. Te va a costar, al principio vas a mentar madres. Pero cuando veas los resultados no lo vas a querer dejar.

El mundo te habrá de preguntar ¿Quién eres?. Si no sabes la respuesta, el mundo también habrá de decirte quién ser.

– Carl Jung

¿Por dónde empiezo?

Empieza por el espejo. Observa tu reflejo sin pasiones y describe a la persona enfrente de ti. Después cierra los ojos y piensa en las cosas que son importantes para ti. No para otros. Para tí. Describe las cosas que te molestan. Las cosas que te causan alegría. Las películas o series que te hicieron llorar. Trata de recordar momentos en los que te hayas sentido humillado. Ahora recuerda momentos en los que te hayas sentido amado. Recuerda cómo te comportaste en cada una de esas situaciones.

Describe con lujo de detalle cómo te comportas en cada una de esas situaciones. Después describe quién es la persona que tú crees que eres. El objetivo aquí es encontrar las diferencias entre cómo te comportas y cómo quieres ser.

La realidad es que en la vida la mayoría de las personas no tienen control sobre la forma en la que reaccionan a los impulsos externos. Muchos de ellos ni siquiera se dan cuenta de que “la persona que ellos creen ser” probablemente no tendría nunca comportamientos como los que ellos tienen.

Y esta es la clave de todo. Vivimos en automático. Esta era mi vida a los 20s Yo accionaba en automático. La cagaba en automático. Y todo por no poner atención al momento que estaba viviendo, a cómo me comportaba ante las situaciones; cómo hacía sentir a quienes me amaban, y más aún, cómo me sentía yo mismo.

No me daba cuenta hasta qué había pasado. Hasta que ya la había cagado. Hasta que ya había herido a alguien. Y después me aventaba a la culpa –otro sentimiento pendejo que no le sirve a nadie–, me castigaba en lugar de hacerme responsable; lo que me llevaba a subyugar mi voluntad con el afán de ser perdonado. Solo para terminar creando resentimiento en las personas involucradas.

Por cierto, en esta época me detestaba a mi mismo. Pasaron 13 años más para que pudiese hacer las paces conmigo mismo. Si te estás viendo en este espejo. Date el tiempo de reconciliarte contigo mismo, aquí y ahora. Es una inversión para el resto de tu vida. Si tu historia se parece un poco a la forma en la que viví hasta los 25. No tienes conciencia de ti mismo. Tienes los ojos cerrados, como yo los tenía cerrados. Y lo que es peor, eres un ciego, en un mundo de otros ciegos esperando que ellos hagan lo que solo tú puedes hacer. Reconocerte a ti mismo.

¡Todo va a estar bien!

Querido lector, quiero dejarte en una nota alta. Este tema ha sido más visceral de lo que deseaba que fuese. Creo que lo he usado para hurgar en mi historia y compartirte cosas que me apena no haber hecho antes y otras que me apena haber hecho del todo. Pero la vida sigue. Como me decía mi abuela “No hay mal que dure cien años. Ni pendejo que lo aguante”. Así que alégrate. Ese problema que crees que es muy importante hoy, no va a ser igual de importante mañana.

Yo tardé 13 años en atreverme a perdonarme a mí mismo. Pero el día de hoy puedo decirte que soy más feliz de lo que antes había sido.

  • Me conozco perfectamente.
  • Tengo un propósito.
  • Un plan inicial para alcanzarlo.
  • Quizá tengo mucho menos recursos que en otros momentos, pero la vida no se me cierra.

Y, finalmente, me vale madre si allá afuera está lloviendo. Yo como Natasha Bedingfield. Tengo un bolsillo lleno de luz de sol.

Gracias por acompañarme una vez más querido lector; como siempre te deseo que lo divino te llene de bendiciones a ti y a quienes amas, nos vemos la próxima.