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El peor problema

2 jul 2022, 12:53

Querido lector, el Dr Covey nos dice en su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva “la forma en la que vemos el mundo es el problema”. Esto pues significa que uno no ve el mundo como el mundo es, si no como uno creé que este es. Y dichas pre-concepciones están ahí debido a nuestro medio ambiente. Nuestros padres, los medios de comunicación, nuestro círculo social, todos son factores que afectan nuestra percepción.

Cuando empiezas a ejercer el pensamiento crítico –que no es la única forma de llegar a la verdad–, te das cuenta de que hay más de una versión de lo que está sucediendo. Cual película de González Iñárritu –21 gramos o Babel–, la vida tiene una capacidad increíble para entrelazar historias que no tienen sentido cuando solo ves una parte.

El sueño más miserable de mí vida hasta el 2018 –y hasta el momento de escribir estás líneas–, fue un sueño repetido. En mí sueño aparecían mi madre y mis hermanos tan claro como si fuese cierto. Lo recuerdo vívidamente. Como si fuese una escena en una película de Hollywood de alta producción.

La ambientación era de fantasía, la luz del sol era brillante y cálida, pero no directa. Tonos dorados y rosáceos en el ambiente con muchos efectos de luz. Mi madre y sus tres hijos estábamos en una especie de bosque donde había un quiosco, el sueño empezaba a sentirse fantástico. La felicidad de estar los 4 juntos después de tanto tiempo parecía irreal.

El problema es que era totalmente irreal.

Para mi mala fortuna, en cierto momento y muy en contra de mí voluntad. Una sombra se deslizaba sobre mi hombro empezando a oscurecer la escena. La eterna primavera en la que había pasado la primera parte del sueño se tornaba rápidamente en un invierno inhóspito que todo lo destruye a su paso. De pronto, algo me susurraba en el oído la realidad. Mi madre está muerta, esto es un sueño. Ella no sabe que está muerta, tampoco lo saben tus hermanos. Y terminaba con la lúgubre encomienda “Es tu responsabilidad hacérselos saber”.

Desperté sudando frío. Cada una de las veces en las que soñé este sueño desperté con desesperación y cansancio. Sudando frío. Me hacía sentir enfermo y no entendía lo que estaba sucediendo. La última vez que tuve este sueño decidí acudir a un profesional. No me gustaba nada la simbología del sueño y no podía por mis propios medios descubrir la forma de solucionar este problema.

Verás querido lector, el peor problema que los seres humanos podemos tener, es desconocer nuestros problemas.

El peor problema que los seres humanos podemos tener, es desconocer nuestros problemas.

Mi problema se escondía en las profundidades más remotas de mi psique. Y yo, con las herramientas que tenía en ese momento; era incapaz de entenderlo.

Al llegar con la psicóloga le dije en una forma muy casual y directa “Hay una serie que se llama Billions. En ella, hay una chica que hace lo que tú vas a hacer por mí. Ayuda a los profesionales a re-programarse para seguir con sus vidas de conquista del mundo. Tenemos 6 semanas para que lo logres. ¿Aceptas la misión?”.

La mujer se rio un poco de mi propuesta, y me contesto “Esto no es así. No te puedo reparar en 6 semanas, pero si es el tiempo que tienes, puedo tratar de ayudarte lo más que pueda”. Lo que sucedió después te lo puedo contar en otra historia. No es el punto principal de la actual. Lo que es importante aquí es que sepas que me dí cuenta de que no podía enfrentar el mundo con mis herramientas y tuve que pedir ayuda.

Lo hacemos todo el tiempo. Si tienes fiebre y dolor estomacal no esperas a que simplemente se te pase. Vas al doctor por qué necesitas una evaluación profesional. Si quieres construir músculo y nunca en tu vida has levantado una pesa, acudes a un entrenador. Lo mismo pasaba para mi en ese momento. Mi psique me estaba diciendo “Oye pendejo, tenemos un problema, ¡atiéndeme cabrón!”.

Un problema que no está definido es un problema que no se puede solucionar. Algunas veces no podemos solucionar nuestros problemas solos. Y pedir ayuda, está bien. Es de hecho una muestra de que eres una persona sensata que se ocupa de su bienestar.

Gracias por acompañarme una vez más querido lector; como siempre te deseo que lo divino te llene de bendiciones a ti y a quienes amas, nos vemos la próxima.