Ser escritor, poeta: La llave para escribir es encontrar la voz de tu alma
Querido lector, si no te lo he dicho antes, te lo digo ahora. Ser poeta es difícil. Pero claro todo aquello que se se hace bien tiene un grado de dificultad. Para mi sentarme en frente de una pantalla es mucho menos difícil que para muchos otros porque tengo un propósito, una misión, casi un mandato sagrado. Escribir para ti.
Cada palabra que brota de la punta de mis dedos hacia tu pantalla a través de toda la distancia y el tiempo que nos separan no son un impedimento para mi. Escribir estás líneas tiene un sentido, y se que estás han de llegar a ti en el tiempo y la forma en la que necesitas acceder a ellas.
Todo lo que se se hace bien, poseé un grado de dificultad. – Iaax Page, 2024
Ser poeta es difícil
Querido lector, quiero que entiendas que este ejercicio no es una queja. Es un reconocimiento una labor que admiro y la cual hoy en día me resulta difícil. Escribir poesía. Ser poeta es duro, es brutal. Muchos de nosotros tratamos y queremos ponernos ese título, pero si he aprendido algo es que ese no es un título que tu te puedes dar a ti mismo. Es un título que solo la gente te puede dar.
Admiro profundamente a los poetas, aquellos que “pueden escribir los versos más tristes cada noche” y los que ganan premios internacionales escribiendo prosas sexosas en un lenguaje refinado como Paz cuando escribió Piedra de Sol.
Voy por tu cuerpo como por el mundo, tu vientre es una plaza soleada, tus pechos dos iglesias donde oficia la sangre sus misterios paralelos, mis miradas te cubren como yedra, eres una ciudad que el mar asedia, una muralla que la luz divide en dos mitades color durazno, un paraje de sal, rocas y pajaros bajo la ley del medio día absorto.
Vestida del color de mis deseos como mi pensamiento vas desnuda, voy por tus ojos como por el agua, los tigres beben sueño en esos ojos, el colibrí se quema en esas llamas, voy por tu frente como por la luna, como la nube por tu pensamiento, voy por tu viente como por tus sueños…
– Octavio Paz, Piedra de Sol.
Admiro a Sabina y a Bad Bunny, no de la misma manera, pero mis preferencias aquí querido lector no vienen al caso. El punto medular es que su trabajo es difícil por cada Benito, por cada Sabina y Sabines hay 10,000 otros de los cuales nunca habré de saber sus nombres. Y eso no los demerita.
Atrás han quedado ya para mi los años que pase romanceando leyendo en voz alta “Digo que no puede decirse el amor” del maestro Jaime Sabines. Pasaron muchos años y más fueron mis penas antes de escribir “Lo que te debo” un poema que aunque tiene un sentimiento hermoso, puedes notar que no había escrito en muchos años. La cadencia y la forma de ejecutar es un poco apresurada, y no cae en tus oídos con la melodía que me gustaría transmitirte. Y no es por hacerle de menos, no, estoy orgulloso de ese poema. Pero caigo en la cuenta de que tengo que escribir mucho más antes de pensar en escribir bien.
La idea pendeja
Mientras cavilaba eso último, una idea pendeja se me atravesó como un pastor arreando su ganado por la carretera, es decir de lejos lo vez venir pero piensas no, no va a sucederme a mi, y “de pronto flash, la chica del bikini azul”. Esta idea me dijo ¿te das cuenta de que los poetas no tienen un verbo relacionado con su profesión? Es decir, los escritores escriben, pero los poetas ¿también escriben? ¿Por qué no podemos decir los poetas poetean?. Seamos honestos decir “los poetas riman” suena un poco tonto.
Actuar con sencillez
Acto seguido lo que hice fue preguntarme a mi mismo ¿por qué estoy entreteniendo ideas pendejas? En ningún momento esta pregunta se debe entender como nada más que lo que es, una solicitud de clarificación para entender el propósito.
Pero en mi dialogo interno me di cuenta de que una parte de mi quería dejar ir esta idea y desecharla como el producto de un pensamiento mal logrado. Al detenerme a analizar el porque decidí actuar con sencillez, a sabiendas de que no soy poseedor de todo el conocimiento del mundo si no solo un hombre que esta abierto a la mejora continua y a tomar las mejores lecciones sin importar de donde estás provengan. Después de esto lo primero que hice fue eliminar la etiqueta de “pregunta pendeja” del pensamiento.
La lección
Con un poco de seriedad de pensamiento me di cuenta de que quizá lo que necesito es quitar presión de mi mismo diciendo que soy “un poeta” cuando en realidad lo que hago es escribir. Porque estoy cómodo y confiado con decir que soy un escritor.
Como ya te dije antes querido lector estás lineas son para ti. Y dedicarte mi tiempo me llena de satisfacción porque cumple mi propósito.
Muchas gracias por tu tiempo querido lector, hasta la próxima. Que lo divino te colme de bendiciones a ti y a quienes amas.
PS para los poetas ofendidos
Si eres un poeta y por alguna razón estas líneas te ofenden e dire:
Tu que eres poeta y en el aire las compones…