Iaax Page

Procura comprender primero

26 sept 2022, 13:46

Querido lector, el día de ayer tuve una conversación pendeja con una de las personas más importantes en mi vida. Mientras estaba teniendo la conversación estaba convencido de cosas que no son importantes. Aún así, mi ego me domino. Me olvide de todo el conocimiento que poseo y me atavié con la armadura que protege a la verdad y la razón —según yo—.

Mientras meditaba la mañana de hoy me di cuenta de que traía como el ego muy pegado encima de mí. A ratos podía ver una imagen del universo de pensamientos pasando a través de mí sin tocarme, como si estuviese yo en una dimensión diferente a la de mis pensamientos, me permitió abrir los ojos a la verdad por un segundo. El día de ayer preferí tener razón a ser razonable.

Este es uno de mis estribillos más molestos. Tengo que aprender a detener ese comportamiento automático cuando lo vea venir que en mi caso es la falta de tolerancia a los postulados que son falsos. Los interpreto como mentiras a medias y me da asco la falta de honestidad que desde mi punto de vista llevan consigo.

Querido lector, quiero que quede claro que no pretendo desarrollar un grado de aceptación a la mentira y a la deshonestidad. Esa no es la forma en la que yo quiero vivir mi vida, el impulso de ver algo que me parece una media mentira, o media verdad es algo que me sirve. Es una guía altamente desarrollada que aprecio porque me ayuda a distinguir a las personas que son falsas como monedas de 3 pesos.

Lo que quiero dejar de hacer es interpretarlo como un grito de guerra. No necesito tener razón. Las mentiras de las otras personas no niegan la realidad. No importa cuántos de ellos quieran decir que pueden tapar el sol con un dedo esto nunca será cierto.

La verdad y la razón no necesitan a un campeón. Y si lo necesitan, yo no estoy capacitado para serlo. No necesito imponer mi forma de pensar, ni mis valores a nadie.

Hoja de ruta para un mejor resultado

Querido lector vamos a hacer un ejercicio. Supongamos que te encuentras en uno de esos momentos en los que como yo. Se te sube el ego a la cabeza por algo que te han dicho con lo que no estás de acuerdo, tienes pruebas, argumentos y formas de demostrar que la otra persona está en un error.

Esta es tu hoja de ruta, tu plan de acción para que el ego no te domine y aproveches esa energía que de otra manera usarías en una discusión sin sentido.

  1. Reconoce el impulso. El asalto de adrenalina en tu sistema nervioso que te prepara para combatir. Detente y respira profundamente 6 segundos de aspiración, por 6 segundos de exhalación.
  2. Antes de corregir a nadie. Haz todas las preguntas que puedas para entender porque lo que ellos están diciendo es importante. Quizá están expresando una idea en una forma equivocada y para ellos no es importante la minucia gramatical. Pregunta cosas como
    1. Explícame ¿por qué es eso importante para ti?
    2. ¿Cuál es el beneficio que te deja?
    3. ¿Cómo crees que puede ayudar a otros?
    4. ¿Crees que lo que sugieres es adecuado para mí? Y si sí, ¿Por qué?
    5. ¿Por qué crees que debería mostrar un interés en ello?
  3. Una vez que hallas hecho todas las preguntas que puedes al respecto, y que estás seguro de que entiendes completamente el punto de vista de la otra persona. Repíteselo. Si ellos corroboran que los has entendido, aquí ya ganaste. Porque la otra persona se sentirá reconocida. Sabiendo que haz puesto de ti para entenderle.
  4. Si después del punto 3, al darte cuenta de que la persona con la que hablas se siente reconocida, aun tienes el impulso de decirle todas las formas en las que está equivocada. Responde a estás preguntas
    1. ¿Por qué necesito corregirle?
    2. ¿Cuál es el beneficio que le deja?
    3. ¿Cómo puede ayudar a esta persona que le corrija?
    4. ¿Por qué creo que es adecuado para ella?
    5. ¿Por qué ella debería mostrar interés en esto?

Hasta aquí, ya lograste concentrarnos y poner nuestra atención en la otra persona. Si después de la deliberación que hiciste en el punto 4 aún crees que necesitas iluminar la ignorancia de la otra persona con tu conocimiento; significa que realmente nunca le pusiste atención y que has hecho este ejercicio mal.

En este ejercicio estás suponiendo una conversación, si el otro no te hace preguntas es porque solo quería compartirte algo que encuentra útil, de valor, curioso o interesante desde su punto de vista. Hay N cantidad de cosas por las cuales la otra persona no pregunta. No es tu labor averiguarlas.

Lo mas aconsejable para saciar el impulso de decir que no coincides con la persona es decirle simplemente eso. “Te he escuchado con atención, pero no estoy de acuerdo contigo”.

Si después de eso te preguntan ¿por qué no estás de acuerdo?, bueno ya hiciste el razonamiento. Preséntalo de la forma más considerada que puedas.

En medida de la razón, trata a los demás como te gustaría ser tratado.

Gracias por acompañarme una vez más, y como siempre, te dese que lo divino te llene de bendiciones a ti y a quienes amas querido lector.