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Renunciar al drama innecesario

11 jul 2022, 13:25

Querido lector, hoy quiero hablarte sobre el momento en el que aprendí a renunciar al drama innecesario. Cuando era un pequeño estudiante de preparatoria, pensaba que era un gran hombre. Que mi futuro era convertirme en una proeza solo por el hecho de existir. Si, era un ególatra de cagada. Y como tal lo usaba a mi favor.

Muchos de mis compañeros se acobardaban ante los profesores “enojones”. Yo los consideraba un reto a superar. Sin saberlo, hacía algo sumamente útil –por las razones equivocadas–, buscaba entender al otro antes de procurar ser entendido. Después de mucho insistir en estás personalidades difíciles, la mayoría de estos profesores –no pueden haber sido más de 4– se convirtieron en mis amigos. Una de esas relaciones me daría sin saberlo, uno de los mejores regalos que le podías dar entonces a una persona como yo.

Era el año de 1998 cuando tomé parte del curso de “Introducción al budismo tibetano” impartido en un hotel del centro en Cancún. Había sido invitado a participar completamente gratis, otro cualquiera en mi caso seguramente habría usado su fin de semana para hacer algo más divertido. Yo, sin embargo, un individuo hambriento de conocimiento, estaba comprometido a atender y aprender tanto cuanto pudiese del tema.

El apego, es la fuente de todo el sufrimiento. – Buda

En este curso introductorio nos explicaron qué es el Budismo y cómo es diferente de otras religiones. El propósito del Budismo no es garantizar la vida eterna. Tampoco garantiza que habrás de ver a quienes amaste y has perdido. El propósito del Budismo es transformar a sus practicantes en “seres despiertos”. El primer paso para ser un ser despierto es darte cuenta de los condicionamientos en los que vives. Como el apego te hace sufrir de una forma innecesaria porque te hace incapaz de aceptar lo que es.

Esto es a lo que yo llamo “drama innecesario”. Somos –todos en un momento u otro–, como un niños pequeños haciendo un berrinches porque no nos dan lo que queremos. Así como el adulto puede ver de una forma tan transparente las motivaciones del niño; también los seres despiertos –o más despiertos– pueden ver las nuestras cuando sufrimos a causa de los apegos.

El Dr. Covey lo dice en el libro los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. “El sufrimiento es inevitable. Ser miserable por causa de ese sufrimiento, es una elección”. Claramente, esto es algo difícil de lograr. Sin embargo querido lector, en palabras del Dr. John C. Maxwell te diré que “Todo lo que tiene valor siempre está cuesta arriba”.

Así que una vez más te presento un punto de inflexión. Un momento de consideración donde quiero que te tomes el tiempo que necesites para decidir. Pero que cuando hayas decidido te comprometas con esa decisión y sigas adelante con ella. No te puedo dar una garantía de que si haces el trabajo los resultados llegarán cuando estés listo. Eso depende de ti. Depende de que le pongas fuerza y fe a las cosas que haces. Lo que sí te puedo garantizar es que las cosas no van a llegar a ti mientras estás sentado en el sofá.

Esa energía que has estado usando a lo pendejo preocupado por cosas que no puedes controlar. Esa energía está puesta ahí por la mitología, sociedad y cultura. Tu medio ambiente te ha hecho uno de sus productos y depende de ti evaluar con pensamiento crítico. Cuestiona lo que te comparto en estás líneas. Determina que es lo que consideras positivo, lo que consideras negativo, y lo que puede ser interesante. Haz tu propia opinión sobre lo que se te dice, e investiga las cosas que consideras interesantes. Invertir en ti, siempre es una gran idea que eventualmente rinde frutos.

Si decides que existe cierta influencia de tu medio ambiente en cómo reaccionas ante las cosas, y la intensidad con la que experimentas emociones que quizá no necesitan serlo tanto, entonces pregúntate a ti mismo ¿por qué lo haces?. Esa introspección te llevará por caminos quizá poco explorados. Pero la aventura del autoconocimiento es a veces un poco atemorizante.

Por último, quiero dejarte una joya de sabiduría. Si decides andar el camino que te lleva a renunciar al drama innecesario. Tendrás después que darte cuenta de que el hecho de que tu hayas andado ese camino no te exime del drama innecesario en la vida de los demás. Ellos deberán aprender a andar su propio camino y decidir si quieren, cómo y cuándo quieran hacerlo. Tu trabajo entonces querido lector –cómo es el mío ahora–, será apoyarlos cuando lo hagan, o respetar si deciden no hacerlo.

Gracias por acompañarme una vez más querido lector; como siempre te deseo que lo divino te llene de bendiciones a ti y a quienes amas, nos vemos la próxima.