Vulnerable y con mucho que aprender
El día de hoy tome una mala decisión que me llevo a hacer algo para lo que no estaba preparado. He terminado pasando un momento un poco amargo y encontrarme con emociones que me había olvidado como enfrentar.
Siempre he dicho que no soy la mejor persona para hablar de inteligencia emocional por que estoy convencido de que mi modelo no es saludable para la mayoría de las personas. El hecho de que me funcione a mi no significa que sea algo que cualquiera quiera, pueda o deba replicar.
Me he preguntado a mi mismo si hay una forma de convertir esta experiencia en una lección de vida y si vale la pena escribir este artículo.
Aprendiendo a ser vulnerable
También hoy, vi la presentación de Brené Brown sobre vulnerabilidad
Muchas de las cosas que dice están tan en mi territorio que puedo relacionarme con lo que dice en una forma muy cercana.
Ella habla en su presentación que el hecho de asimilar nuestra vulnerabilidad nos ayuda a vivir con más coraje. Que se traduce en aceptar que eres humano, que eres vulnerable y que no necesitas sentirte débil o apenado por las cosas que te hacen vulnerable. La Doctora Brown les llama whole-harted.
Si no has visto la presentación te recomiendo que lo hagas por que tiene una forma amena de hablar de un tema que es más bien complejo de afrontar. Aprender a aceptar nuestras vulnerabilidades es algo sumamente difícil para algunas personas –claro estoy hablado de mi–, hay quienes pueden hacerlo con mayor facilidad.
Sin embargo la presentación no habla sobre como puedes hacerle frente a esos momentos donde necesitas enfrentar tu vulnerabilidad.
Hacerle frente a nuestra propia vulnerabilidad
La Doctor Brown habla sobre como la mayoría de las personas usa placebos para tratar de no sentir las cosas que le hacen vulnerable y seguir adelante con su día.
En mi caso yo me concentro en arreglar las cosas que puedo arreglar. Sin embargo hoy decidí hacer algo más. Decidí arreglarme a mi mismo
Carta a mi amor infantil
¡Estoy seguro de que debes ser muy feliz y estoy muy contento por ello! ¡Estoy seguro de que lo seguirás siendo por que lo mereces! Es lo que diría de volver a verte.
Me gustaría que las condiciones hubiesen sucedido en una forma más amigable. Así que voy a tomar notas de los consejos no solicitados que imparto todo el tiempo a la gente que me rodea.
1. Actua como si
Voy a pretender que pudimos hablar una última vez. Que por un momento pude comunicarte todas las cosas que quise decir antes de dejarte ir.
Lo hago de esta manera, por que la persona que eres hoy no es quien eras entonces.
No tiene caso que traiga a la conversación todos los de pensamientos que han pasado por mi mente. Eso fue para mí, para ayudarme a mí mismo –o quizás para auto-flagelarme, aun no puedo discernir la diferencia–.
Quiero que sepas que tu recuerdo es para mí, una de las cosas más bonitas que existe, y aunque no pienso en ello a diario, lo atesoro. Recuerdo cuando le preguntaste a tu abuelo si quiso mucho a una novia que tuvo cuando joven. Él respondió: ¡Ni tanto!.
Cuando me preguntan si te quise, yo no puedo imaginar responder de otra manera que no sea: ¡Completamente!.
En este punto, pensar en decirte nada más parece redundante. Después de todo todas las emociones que tuve eran mías solamente.
Quiero cerrar con un gesto de amistad y aprecio, a la persona que fuiste. Y de buenos deseos a para le persona que eres hoy.
Te mando un beso en la frente y un abrazo. Deseo que siempre estes protegida, que seas amada y que tu corazón brille con la fuerza de mil soles debido al amor que recibes y al que das.
Tuyo siempre,
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