No se como empezar a hablarte.
No se como reconciliar el tiempo
perdido y el silencio largo que existe
entre los dos.
Hablare como si estuvieses aquí.
Como si aún fuera digno del cariño
que alguna vez me tuviste.
No es la mejor forma pero quiero,
si me prestas tu atención
por un momento, sincerarme.
No pretendo echar atrás el tiempo.
No quiero recuperar lo que a todas
luces es ya irrecuperable.
Como bien dice Bunbury.
“Los restos de naufragio
quedaron esparcidos
o desaparecidos o rotos.”
Expresar mi cariño por vos
es el único anhelo de este poema.
Que sepas, aunque sea ya muy tarde
que te ame como no ame a nadie antes.
Yo, que compartí tu tiempo,
tus sueños y tu cama; se que he sido
sumamente afortunado.
En mi vida siempre quise ser
alguien mejor a quien fui contigo.
Alguien que estuviese para ti
en todo momento y para cualquier
padecer, pesar o festejo.
Y sin embargo no ha sido así.
Se que te he quedado a deber abrazos,
que te debo amor a manos llenas.
Se que te he debido dar más y mejor
de mi compañía sin agendas ni horarios.
Siempre voy a llevar Tequisquiapan
en mi corazón como uno de los
momentos más felices de mi vida.
Aún cuando se me escurrió de los labios
ese prematuro “Té amo”.
Me encantaría haberte dado más de eso.
Haber disfrutado más que eso.
Te debo un sueño compartido
y quizá no tenga forma de pagarlo.
Quiero que sepas lo importante
que fuiste para mi.
Y que a donde sea que vaya,
una pequeña parte de ti
siempre me acompaña.